O Teixedal de Casaio, es el bosque mas viejo de Galicia, un desconocido prodigio de la naturaleza único en Europa, ha ocupado esta ladera de las montañas de Trevinca desde hace cientos de miles de años.
Está situado en
las márgenes de uno de los arroyos desembocan en el rio Sil, a una altitud
aproximada de 15oo metros, ocupando una superficie de 4 Ha., obviamente pobladas
de tejos, siendo el único bosque de estas caracteristicas que existe en la
península ibérica, lo que le otorga un gran valor científico y paisajístico.
Para llegar a
él, desde O Barco, debemos continuar por la carretera vieja hacia Ponferrada y
al llegar a Sobradelo, girar a la derecha rumbo a Casaio, al pasar Casaio hay
que girar a la derecha y pasar por San Gil, hasta las minas de Valborraz.
Hasta aquí
podemos llegar en coche, pero desde aquí hay que continuar a pie unos 45
minutos, hasta llegar a esta maravilla de la naturaleza.
Casaio es un
bosque único, singular, de una hermosa complejidad y que ha sobrevivido estos
cientos de miles de años sin apenas interferencia humana.
Penetrar en
semejante tesoro biológico, desconocido por muchos en Galicia, es como acceder a
un recinto catedralicio hecho de árboles y no de piedras.
Quien así
define este excepcional conjunto conformado por 408 ejemplares de tejo es
Eduardo Olano Gurriarán (O Barco, 16 Febrero 1933), responsable de que esta
reliquia de la antigüedad haya visto la luz, gracias al libro que la Diputación
de Ourense acaba de editar y en el que se resume el descomunal trabajo que este
ingeniero forestal ha acometido en los últimos 27 años para poner en valor este
conjunto único en Europa.
El teixedal de
Casaio se encuentra en el municipio ourensano de Carballeda de Valdeorras, en la
vertiente norte de la cadena montañosa de más altura de Galicia, la que nos
separa de Zamora y León.
Ocupa el fondo
de una ladera sobre la que planean cotas superiores a los dos mil metros y se
extiende sobre una superficie cercana a los 20.000 metros cuadrados, en la que
los tejos son la especie dominante, aunque conviven con servales, acebos y
robles.
Comprender la
importancia de este bosque te obliga a interpretar algunas de sus realidades,
empezando por la edad de los elementos que conforman el teixedal, dado el tejo,
árbol de connotaciones míticas donde los haya, es el más longevo de la
naturaleza.
En países como
Gran Bretaña, de gran tradición forestal, existen ejemplares vivos que nacieron
hace más de dos mil años e incluso en Galicia, concretamente en el pueblo de
Cereixido, en Quiroga, se puede contemplar un ejemplar milenario, a la vista del
perímetro de su tronco.
En el caso de
Casaio, los tejos del teixedal rondan los cuatrocientos años de edad, una cifra
discreta a la vista de las posibilidades vitales de este prodigio de la
biología.
Eduardo Olano
disuelve esta decepción: "Nadie debe considerar decepcionante el hecho de que
esos árboles no sean ni medio milenarios, pues la excepcional importancia de
nuestro teixedal no radica en el cómputo de los años de sus tejos".
¿Qué convierte,
entonces, en único a este conjunto? ¿Hemos de distinguir, entre lo que es la
edad de los tejos y la edad del teixedal?.
Este conjunto
de tejos representa la muestra de una vegetación cuyos orígenes se remontan a
aquellas masas de tejos que existieron coincidiendo con el período de auge de
las taxaceas, allá por el Terciario.
En este
sentido, aunque los tejos que hoy contemplamos en Casaio no son ninguno
ejemplares muy ancianos, el teixedal es de una edad que se cuenta por cientos de
miles de años y es ahí donde radica su excepcionalidad.
Olano
considera: "No menos esencial el hecho de que este conjunto arbóreo se haya
generado sin la más mínima intervención de la mano del hombre".
El autor de
esta joya bibliográfica es muy explícito a la hora de construir una imagen muy
sugerente sobre la importancia de este enclave: "No deja de ser un sueño hecho
realidad el poder disfrutar de la visión de algo que nació cerca de los orígenes
de la Tierra y cuyos descendientes habitan aún hoy en una profunda ladera que
cae desde las alturas de Trevinca".
"Los más
importantes conjuntos de tejos de las Islas Británicas, tienen su origen en
plantaciones llevadas a cabo por la mano del hombre, en tiempos que en ningún
caso van más allá de algún período de nuestra era y no son en ningún caso
comparables, ni por la edad ni por el origen, al teixedal de Casaio, en el que
la presencia de tejos puede remontarse al Terciario, el origen es espontáneo y
la muestra actual realmente significativa.
Uno de los
empeños de este investigador pasa por conseguir que Galicia sea consciente de la
importancia del tesoro que cobija. "Es de justicia mostrar el teixedal, no hay
que ocultarlo", resuelve Eduardo Olano.
Por esto
propone la creación de un Aula de la Naturaleza en la zona y un control total y
rígido de las visitas.
"Es esencial
concienciar a la ciudadanía de que el teixedal de Casaio es para todos en
general y para la ciencia en particular un auténtico tesoro a conservar por
encima de cualquier contingencia. Su pérdida sería irreperable".
En este
sentido, uno de los peligros que lo acechan son las explotaciones pizarreras,
tan frecuentes en la zona y que, a juicio de Olano, no pueden tener la
posibilidad de seguir avanzando hacia ese entorno, porque como apunta el autor
del libro: Visto el Teixedal, el bosque sagrado deja de ser un mito, una leyenda
o una historia muy lejana y se convierte en una realidad palpable.El tejo "Taxus
baccata L.", es una especie botánica singular, ráramente pasa de los 20 metros
de alto, aunque existe algún ejemplar con 15 metros de circunferencia y mas de
1500 años.
La madera de
tejo es imputrescible, una cualidad que explica por qué los vikingos la
utilizaban para sostener las velas de sus embarcaciones.
Hasta el siglo
XV los ingleses construían sus arcos con este material, a la vista de su
formidable elasticidad.
Por cada dardo
que lanzaba una ballesta, el arco de tejo disparaba ocho flechas.
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